La participación adoptará diversas formas dependiendo de las diferentes relaciones y espacio sociales en los que se dé, teniendo diferentes connotaciones, implicaciones, condiciones, resultados, etc.
PARTICIPACIÓN SOCIAL: aquellas iniciativas sociales en las que las personas toman parte consciente en un espacio, posicionándose y sumándose a ciertos grupos para tener presencia en la esfera pública y así reclamar situaciones o demandar cambios. La participación social favorece la autonomía personal, la dignidad, reconoce a las personas, despliega sus capacidades, permite activar la resistencia y sacarnos de la pasividad para vivir con libertad. Participar es un camino de y hacia la libertad. (García Roca, J. 2004)
PARTICIPACIÓN POLÍTICA: es un elemento esencial de los sistemas democráticos y se refiere a toda la actividad de los ciudadanos y ciudadanas que está dirigida a intervenir en la designación de las y los gobernantes y/o influir en los mismos con respecto a una política europea, autonómica, local, de barrio, etc. La participación política es toda actividad intencionada que desarrolla una persona para tratar de influir en asuntos políticos. Si no hay posibilidad de participación política de las personas en la sociedad, no hay sentimiento de pertenencia, ni conciencia de identidad y, difícilmente, cabe hablar de integración social de las personas o colectivos.
PARTICIPACIÓN COMUNITARIA: se desarrolla como un proceso a través del cual los ciudadanos y las ciudadanas se organizan para defender sus intereses, para buscar soluciones a sus necesidades, etc. siendo ellos mismos protagonistas. Es un concepto que habla de relaciones, de compartir.
PARTICIPACIÓN CIUDADANA: tomar parte, de manera individual o colectiva, en decisiones sociales y políticas en un territorio concreto. En la participación ciudadana se reconocen los derechos de ciudadanía. La dimensión participativa de la ciudadanía nos dice que no basta con el cumplimiento formal de los derechos de los ciudadanos y ciudadanas para alimentar la democracia. Participar es, además, un derecho, una actitud y habla de la capacidad de acción de las personas y de la necesidad de animarla, incentivarla, impulsarla. Identificamos problemas y necesidades a través de la participación, logramos la integración y la inclusión social cuando generamos espacios de participación. Esos espacios en ocasiones son dinamizados por los profesionales, en otros por la propia comunidad, ya sea por las características de las personas o colectivos, ya sea por la incidencia de acciones y hechos que frenan e impiden la participación.