Tras estos primeros pasos, es hora de que nos demos cuenta de hasta dónde no están incorporadas al proceso muchas de las fuerzas sociales y sectores que podrían estar. Para ello es interesante que cada cual pueda aportar unas listas bastante completas de los sectores que conoce o de los que tiene referencia. Los objetivos de un primer taller pueden ser los siguientes:
Es un instrumento que nos va a permitir visualizar a los actores y grupos sociales presentes en el territorio y trazar las conexiones existentes entre ellos. Sirve para darnos cuenta de lo aislados o no que podemos estar en las tareas que nos proponemos, y de las alianzas que precisamos y debemos hacer; y en este sentido, a qué elementos o grupos “puente” debemos entrevistar para poder saber cómo colaborar en tareas comunes. También visualizaremos qué antagonismos son previsibles que nos aparezcan y cómo contrarrestarlos. Todo ello ponderando no sólo los números de personas que puedan estar en cada situación, sino cuáles son sus pesos y fuerzas reales de tipo socio-político y su capacidad de ayuda en nuestras estrategias.
Una posible aplicación de la técnica es repartir tarjetas en blanco: unas con forma triangular para representar a actores con mucho poder simbólico o de convocatoria (y posiblemente externos al lugar concreto); otras rectangulares para representar a los actores sociales organizados y locales; y otras circulares para representar a sectores de población no organizados, que suelen ser la mayoría, o para personas que se considera que son relevantes para el proceso. Cada cual rellena las tarjetas con los diferentes protagonistas existentes en el territorio y las pone sobre una pizarra o papel-continuo en una pared o una mesa para después relacionarlas.
Esquema básico para establecer un mapa de relaciones sociales (sociograma inicial)
Utilizaremos flechas que unan los diferentes actores en términos de relación fuerte (de dependencia, de colaboración…), débil (de aislamiento, de desinterés, de temporalidad…), de conflicto, sin relación, relaciones indirectas (un actor con otro a través de un tercero), etc. En el grupo se debate hasta llegar a un cierto consenso. Se reflexiona sobre las zonas donde el mapa se hace más denso en sus relaciones, donde éstas se hacen más intensas, los bloqueos existentes, los elementos articuladores (dinamizadores) y los espacios vacíos de actores o de relaciones.
EJEMPLOS DE REPRESENTACIÓN GRÁFICA
Este es el Sociograma del Programa de Participación Ciudadana en un barrio, con la organización acordada para llevar a cabo el Plan de Acción por medio de la Comisión de Seguimiento y los grupos específicos de trabajo. Junto con el grupo técnico que asesora, la Asociación de Vecinos y algunas otras entidades formaría el conjunto de acción del Proceso.
Al hacer estos mapas también es muy interesante intentar definir aquellos elementos “comunicadores” (personas, grupos, etc.) que adquieren un peso importante en la conexión de unos niveles con otros: por ejemplo, los “puentes” entre lo asociativo, o con sectores de la población, o con algunas Instituciones, etc.
Al desarrollar el sociograma, empezaremos a definir cuáles son los espacios de alianza y los de conflicto (que hay que desbloquear) para así tener una idea lo más aproximada posible de los actores protagonistas de las propuestas de acción. Esto se concretará mucho más en la fase siguiente de devolución y negociación. A continuación hemos puesto el ejemplo de unos conjuntos de acción, o agrupaciones de intereses y confianzas (el azul y el verde) tomados de un caso real en Perú del conflicto de los campesinos que cultivan coca, donde los grupos y colectivos intermedios deben decidir cuál es su propia estrategia
En el siguiente gráfico, lo que más interesa es conocer la ubicación sobre el mapa de los actores, los espacios de encuentro donde se producen de manera especial las relaciones, los lugares más significativos para la gente, así como los vínculos entre los actores que puedan quedar representados en el mapa.